sábado, 13 de octubre de 2007

Poniatowska habla de Alfonso Reyes

El pasado 25 de Septiembre se inauguró la exposición internacional de Alfonso Reyes, El sendero entre la vida y la ficción, esto dentro del marco del Forum internacional de las culturas. Se presentaron a los invitados especiales: el Rector, Ingeniero José Antonio González Treviño, Elena Poniatowska, el embajador Roque González de Salazar, de CONARTE, Romero Flores Caballero y Julia Verde Estrada, de la junta de Gobierno, la anfitriona Minerva Margarita Villarreal y el Sr. General Académico, V. Hugalde.
Les dio la bienvenida muy amablemente la sra. Minerva Margarita y explicó algunos detalles que habían surgido a partir de la organización de dicha exposición, y como era internacional, añadió pormenores de la historia de la obra alfonsina, tanto de Europa como de México, D.F. y externó su agradecimiento para todos los que hicieron de esta exposición un hecho.
Cuando el Rector habló, empezó diciendo que la universidad cumplía 74 años, que era muy importante para la sociedad dado la gran labor que realizaba para mejorar su entorno, etc. Habló un poco del Forum, de la exposición y de la Capilla Alfonsina. Al leer el discurso que tenía preparado sobre Alfonso Reyes, titubeó y se veía muy nervioso, ya cuando tuvo que presentar a Elena Poniatowska no dijo nada que el público no supiera, y en su balbuceo nos la anunció.
El presentador, que no era el Rector sino alguien más, leyó una biografía sobre Elena Poniatowska y después de eso pasó ella a dar su conferencia magistral, que consistió en dar detalles de la vida cotidiana de Alfonso Reyes, de hacerlo ver como amable con las mujeres y muy noble y buena persona con sus amigos escritores. Poniatowska leyó su escrito con enjundia, parece que disfruta mucho de escribir y leer, y cuando expuso su conferencia se notaba nítidamente su estilo, de enorme parecido a sus escritos: Hasta no verte Jesús Mío, o el de Nada, nadie, las voces del temblor. En los cuales no se distingue la línea entre realidad y ficción y quizá sea una de sus más interesantes características, o la más problemática pues en su discurso no se diferencia cuando está diciendo las cosas reales sobre Alfonso Reyes, o tal vez sueña o piensa que así fueron.
Ya que Alfonso Reyes era un diplomático, cuenta algunas historias sobre sus roces con los demás políticos y sus posturas a cerca de lo internacional, el contexto cultural y el protocolo. Borges era su amigo, y al responder a una de esas peleas sobre los aspectos nacionales e internacionales, decía con nobleza impecable, para defender su postura: “La única manera de ser provechosamente nacional es ser generosamente universal, pues no hay parte sin el todo”, eso explicó Alfonso Reyes a los universalistas y a los nacionalistas y a los contemporáneos.
Siguió Elena Poniatowska explayándose con los pequeños casos que mostraban la humana ingenuidad de Alfonso Reyes, las cosas chuscas, el gran humorismo y su book sickness, que sería traducido literalmente como mareo del libro, cuando en realidad era su manía de coleccionar libros, de escribir libros. Por ejemplo, se dice que tenía en su “Capilla Alfonsina”, hasta 165 libros, y en ese estudio tuvo las largas horas para escribir la Visión de Anáhuac y la Ifigenia Cruel, que son de los más importantes. Poniatowska relató a cerca de una pequeña entrevista que le había hecho, aquí está el problema de la línea de ficción, ya que no se sabe si Poniatowska de verdad ha entrevistado a Alfonso Reyes o esto sólo fue un elemento, uno de los recursos empleados en la narrativa. Pero sea cual fuera el caso, resaltó enormemente la frase “Mexicanos: hagamos las cosas bien o al menos lo mejor que podamos”, y esto él mismo lo ejemplificó con su trabajo al escribir de los griegos, que mejor no lo hubiera podido hacer. Ya hacia la recta final del discurso, Elena Poniatowska estaba muy conmovida, su voz se quebró cuando leyó la frase lapidaria de Alfonso Reyes, “Viajero, has llegado a la región más transparente del aire” y “Aquí yace un pequeño hijo de la palabra”. Todos aplaudieron.
Pasaron a realizar el corte de listón para hacer la inauguración patente.
La exposición reúne 19 fotos de mujeres que tuvieron algún contacto con Alfonso Reyes, sin importar si se saludaron un día, si intercambiaron una carta o sólo se habían visto en una reunión y no se vieron nunca más, por ejemplo: Ma. M. Lagunas, Carmen, Sara Montiel, Tubán, Olga, María, Enriqueta, Germaine, Lucrecia, Rosario… Estas fotografías de mujeres bien pudieran estar en un museo como fallecidas en algún campo de concentración o en alguna guerra civil como la del 39 en España, o la de Rusia. Esto por la imprecisión de su procedencia o la indeterminación de su fin. Es decir, ¿con qué propósito muestran estas fotos? ¿Acaso será cierta la teoría de Osvaldo N. alumno de Fisico-matemáticas de que hurgaron en la basura de Alfonso Reyes para tener objetos qué mostrar? Sin embargo las opiniones son muchas, y entre ellas están que estas mujeres fueron las que influyeron en que la postura de respeto hacia el género femenino, que lo refleja Alfonso Reyes en su obra y en su vida diaria.
Hay también 14 dibujos sobre Alfonso Reyes, donde se aprecia la imagen que tenían de él sus contemporáneos. Muchos de los cuales no tienen fecha.
En unas vitrinas hay 10 libros pertenecientes a Alfonso Reyes, o sea que eran de su posesión, que le fueron dedicados por amigos: Alfonsina Storni, Azorín, Luis Cernuda, Juan Ramón Jiménez, J. L. Borges (con su Historia Universal de la Infamia), Pablo Neruda y su España en el corazón.
Tres libros sobre el mismo Alfonso Reyes, o sea, libros que hablaban de él y se encontraban en la Capilla Alfonsina, y cuyo conjunto se nombró Patrimonio de la Nación por el Decreto de 25 de mayo de 1972.
Más 12 libros de autoría de Alfonso Reyes, cuya importancia radica en que eran pertenecientes a la primera edición, los cuales se encuentran en la Capilla Alfonsina, Biblioteca Universitaria, entre los cuales están: Cuestiones estéticas, El plano oblicuo, Ifigenia cruel, Estudios helénicas, etc.
En fin, vale la pena admirar esta exposición si se piensa que la obra de Alfonso Reyes es muy importante y no si se ve como una prosa aburrida, con un estilo pretencioso y pasado de moda.

1 comentario:

Minas dijo...

oyes que buena nota!!!
saludos